Día de las y los Trabajadores

Si cada día es con su afán, cada celebración de los trabajadores también nos presenta objetivos, improntas y características específicas, además de las que lógicamente nos recuerda la memoria y la historia.

Así, en este inflacionario presente, el salario y la defensa de su poder adquisitivo es indudablemente un objetivo central de lucha, porque hace a la subsistencia y al alimento del trabajador y su familia.

También hoy nos convoca el “blanqueo laboral”, como una forma de regularizar o formalizar la relación laboral con el empleador, sea éste un particular o el mismo Estado, que tan mal ejemplo nos da al simular cuentapropistas o monotributistas en las filas de la propia Administración.

Dentro de las condiciones de trabajo, la jornada o la extensión de la misma, como las horas extras, son escollos comunes que habitualmente imponen al trabajador condiciones de trabajo nada saludables ni legales. La falta de trabajo en el mercado juega a favor de los empleadores, los que se imponen profundizando la lógica desigualdad social que ostentan frente al trabajador individual.

En el mundo desarrollado, y también en nuestra región americana, la temática previsional aparece como un resorte de ajuste, con trabajadores activos y jubilados que rechazan en forma generalizada estas propuestas de recortes, y ante un impertérrito avance de los Estados neoliberales, imponiendo condiciones más gravosas para alcanzar los beneficios jubilatorios o de cómputos a la baja. En nuestro país la moratoria previsional, que beneficia a millones de trabajadores, salió con fórceps del Congreso, ante el vacío o inasistencia de los herederos de Macri.

En un sector, como el docente, donde la gran mayoría son mujeres, no es posible permanecer indiferentes ante sus justos reclamos, que son la reacción a las múltiples violaciones de sus derechos, simplemente por ser mujeres trabajadoras insertas en estructuras inequitativas o injustas.

Así, mencionando sólo algunos de los reclamos de estos tiempos, deberemos recordar a los miles de trabajadores y trabajadoras que dieron su vida en las luchas obreras de otros tiempos, a los miles de compañeros y  compañeras desaparecidas/os o asesinadas/os en la última dictadura en nuestro país, y a los/as desocupados/as, postergados/as en medio de esta economía que castiga a todos/as.

En fin, un día del trabajador cargado de preocupaciones, que sólo deben abonar nuestro compromiso militante, que no debe tener descanso, fortaleciendo también  nuestras organizaciones gremiales, genuinos instrumentos de la lucha colectiva, para superar las inequidades y lograr la justicia social. 

 

 

Pedro Eduardo Bayúgar 

Secretario General SADOP Santa Fe

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