Si nadie se salva solo, tampoco nadie construye solo

Ser docente hoy…!

Si cada día viene con su afán, todo tiempo, toda época tiene sus circunstancias, su entorno.

Las motivaciones y circunstancias que rodearon nuestra definición vocacional, quizá ya no cuenten o no sean suficientes para enfrentar el aula en su cotidiano perfil.

Si en otro tiempo el lenguaje, el bien decir entre nosotros, los ejercicios de redacción y de expresión tenían su valor, hoy los más encumbrados dirigentes maltratan el idioma, les hablan mal a las personas de bien y cualquiera, en los medios de comunicación o en su discurso, está habilitado para insultar sin pudor y sin vergüenza.

Si otros Ministros de otros tiempos animaban los debates pedagógicos, proponían innovaciones didácticas y nos desafiaban a la inclusión y a la denuncia por los derechos de los niños, niñas y adolescentes, hoy no tenemos ministerio en la Nación y el responsable local de la Educación sólo pretende que los menores tengan una escuela en donde puedan ser dejados por sus padres, y premia extorsivamente al docente que los asiste y en el mejor de los casos, al que alfabetiza, como en los viejos tiempos de las primeras letras.

Si las Malvinas son y se consolidaron como argentinas, en la geografía soberana y en nuestros corazones, fue por la palabra y el discurso permanente de nuestras Maestras, de nuestros Maestros, a quienes les creímos, y en el 82 esa convicción floreció en héroes que dieron la vida por lo que aprendieron en la Escuela, por lo que les enseñó su maestra, hoy la palabra del docente es descalificada, descreída, desautorizada y cualquier testimonio vale más que la palabra del docente, el que es sometido a la sospecha de mala praxis, de un mal proceder, de ser mal docente.

Es que nuestro trabajo, la Educación de todos los niveles, no cotizan en la Bolsa de Comercio, ni qué hablar de nuestros derechos, de nuestra dignidad, somos flagrantes causales del desequilibrio fiscal, y por ende, atentamos contra los principios basales de una sociedad economicista en el vendaval financiero de una libertad absurdamente concebida.

“Si puedes conservar tu cabeza, cuando a tu alrededor todos la pierden…, si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti…” nos desafía Kipling en su poema quizá escrito para momentos como estos que nos tocan vivir.

Quizá debamos dejar de concebirnos y vernos como solitarixs docentes de aula, para comprendernos como trabajadorxs de la cultura, de la educación, insertxs en un sistema educativo, que se yergue sólido, cohesionado y unido, en medio de las relatividades y las tinieblas del momento.

Si nadie se salva solo, tampoco nadie construye solo, y la construcción que debemos sostener frente a estos tiempos mercantilistas debe ser lo suficientemente sólida, lo extremadamente inteligente y lo absolutamente confiable para que todxs nos sintamos convocadxs y contenidxs, fundamentalmente unidos a partir del trabajo de educar, guidados por un amplio interés común y por la vocación sustancial de ser docentes.

Celebremos así ser docentes…!

 

Por Pedro Bayúgar – Secretario General SADOP Santa Fe

 

 

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