
REDEFINIR LA DOCENCIA COMO UNA PROFESIÓN COLABORATIVA
Con esta consigna la UNESCO nos propone reflexionar, este año 2025, sobre la docencia y los profesionales de la docencia.
Con mucha oportunidad, en el DÍA MUNDIAL DE LA DOCENCIA, nos plantea la necesidad de considerar a la profesión docente, como una actividad que requiere la colaboración de la sociedad.
Destacamos la oportunidad, porque precisamente en los últimos tiempos, especialmente los últimos gobiernos, han instalado un fuerte disvalor sobre el trabajo docente, recortando presupuestos, imponiendo exigencias injustificadas y arbitrarias, sin que la sociedad reaccione, salvo en el caso de las universidades.
Los medios de comunicación, los funcionarios gubernamentales y algunas organizaciones de padres son sistemáticamente complacientes en esta tarea de desvalorizar o no valorizar comprensivamente la tarea docente.
Casualmente en 1966, cuando la OIT y la UNESCO suscribieron el Acuerdo fundamental sobre las condiciones de trabajo de la docencia, no establecieron ni condiciones ni imposiciones extorsivas o menoscabantes de las aludidas condiciones para el ejercicio de la docencia, por el contrario, es un acuerdo que pondera, apoya y acompaña a la docencia en el diario devenir de su profesión.
Hoy, lamentablemente, nos encontramos con funcionarios que sin explicación alguna deterioran alevosamente el salario de las y los docentes, imponen condiciones gravosas para el ejercicio de la profesión (como es lo que significa el llamado premio para la docencia) y de la injusticia sobreviniente se ufanan orgullosos, como si colaboraran o promovieran mejores condiciones para la tarea docente.
No es con más o mayores exigencias que se colabora con la docencia en su tarea profesional, sí con mayores presupuestos, con políticas de capacitación gratuitas y en servicio, con la ponderación social de la docencia, dejando de lado comparaciones peyorativas por dicha tarea.
En Santa Fe hoy, desde el gobernador, pasando por el ministro del área, todos enuncian públicamente este distorsionado valor por la tarea docente y la docencia.
Urge redefinir esta mirada, esta consideración, e impulsar políticas que acompañen, apoyen y promuevan el valor de la docencia, la justa consideración de la tarea educativa y el respeto por las y los docentes.